Los avances tecnológicos en obstetricia
asientan en el presupuesto implícito de que el parto es un “accidente a punto
de acontecer” y la medicina moderna parece haber olvidado que el parto sigue
siendo un evento fisiológico y no una enfermedad aguda. Sin embargo, es verdad
que el parto en los humanos es mucho más difícil que en la mayoría de las otras
especies de mamíferos, incluyendo los primates no humanos.
¿Porque tenemos partos tan
difíciles, sufriendo tantas complicaciones obstétricas? Básicamente, porque la
cabeza del feto es grande comparado con la pelvis materna[1]
(Fig. 1).
Figura 1. Relación entre cráneo feral y pelvis materna en primates superiores. Fuente: http://scholar.harvard.edu/files/awarrener/files/The%20evolutionary%20origins%20of%20obstructed%20labor.pdf?m=1360042752 (en línea) (consultado: 19/11/2015)
En 1960 Washburn sintetizó esta dificultad en
la expresión “dilema obstétrico”[i]
atribuyendo la causa a dos fenómenos de la evolución de la especie humana:
1. La bipedestación, o sea el haber pasado a
la postura erecta, lo cual habría implicado el estrechamiento de la cadera para
favorecer una locomoción más eficiente;
2. La encefalización, o sea el aumento de las
dimensiones del cerebro humano, y consecuentemente, del cráneo fetal, debido al
enorme desarrollo neurológico que terminó por diferenciarnos drásticamente de
las otras.
Un reciente estudio de la Universidad de
Harvard cuestiona fuertemente el primer argumento: la bipedestación, según los
autores, no tiene nada que ver con el estrechamiento de la cadera, porque las
dimensiones de la cadera, desde el punto de vista biomecánico, no aportan nada
a la locomoción[ii].
Lo que sí ha influido en el parto, es la
expansión del cráneo, sea del adulto, sea del feto.
Figura 2: Encefalización y aumento del tamaño del cráneo humano. Fuente: https://myweb.rollins.edu/jsiry/geolindex.html (en línea) (consultado: 19/11/2015)
Si el aumento del tamaño cerebral sea o no reflejo de mayor inteligencia es todavía objeto de debate, así como las razones evolutivas que habrán impulsado este crecimiento.
Pero ahora hay que tomar en cuenta otro importante factor que nos diferencia enormemente de todas las otras especies animales: la altricialidad, o sea el hecho que nuestras crías nacen muy desvalidas y necesitan cuidados de intensidad y duración impensable en otras especies.
Hay varios autores que hipotetizan una gestación más larga (cerca de 18 meses) en nuestros antepasados más lejanos. Y de alguna manera el dilema obstétrico representó un “dilema cerebral” para el Homo erectus: hace cerca de 1.5 millones de años, las dimensiones de la pelvis empezaron a limitar la expansión cerebral fetal, en el mismo periodo en que el cerebro adulto del Homo erectus se encontraba en plena expansión. Evolutivamente, el cambio necesario fue reducir el tiempo de gestación y nacer con un porcentaje de tamaño cerebral menor relativamente al adulto y sucesivo rápido desarrollo y expansión[i]
Esta característica es posible gracias a la especial conformación de los huesos del cráneo del feto y del recién-nacido, que vamos a examinar de seguida. En este video se explica en detalle la conformación del cráneo fetal:
La primera característica
que destaca el cráneo del feto/recién-nacido del adulto, es la desproporción
entre la bóveda craneal y los huesos de la cara, que todavía están
subdesarrollados.
Los huesos son suaves y
flexibles, con aperturas entre las placas óseas (la fusión y osificación
acontece entre los 12 y los 18 meses).
Es formado por un hueso
impar y dos huesos pares, ya que el frontal está dividido en dos partes, unidas
por la sutura metópica (Fig 3).
Figura 3: Estructura del
cráneo fetal.
Otra característica diferente del adulto
son las fontanelas., espacios
situados entre los huesos, donde las suturas se cruzan transversalmente. Las
fontanelas son seis, pero las dos principales son:
Fontanela
anterior o Bregmática: unión cuadrangular entre
los dos huesos frontales y los dos parietales, que permanece blanda hasta los
dos años de edad aproximadamente.
Fontanela
posterior: unión de los dos parietales y el occipital. Se cierra durante
los primeros meses de vida.
La función de las fontanelas es
precisamente facilitar el paso a través del canal
del parto, garantizar un rápido reequilibrio de la
presión sanguínea a nivel cefálico, y permitir la rápida expansión cerebral que
caracteriza nuestra espécie. En otras palabras, son la perfecta respuesta
anatómica a la evolución del ser humano. Y esto quizás nos pueda dar algún
consuelo cuando pensamos al dolor del parto: estamos haciendo nuestro mejor!
[i] Washburn, SL “Tools and Human
Evolution,” Scientific
American, vol. 203, no. 3 (September 1960), 63.[ii] Harvard
University. "Evolution of childbirth: Wider hips don't make locomotion
easier, so why is labor so hard?." ScienceDaily.
www.sciencedaily.com/releases/2015/03/150313094557.htm ((en
línea) (consultado: 19/11/2015)
[1] Blackburn Wittman A, Wall L. The Evolutionary Origins of Obstructed Labor: Bipedalism, Encephalization, and the Human Obstetric Dilemma. Obstetrical and Gynecological Survey. 2007;62(11):739-748.
http://scholar.harvard.edu/files/awarrener/files/The%20evolutionary%20origins%20of%20obstructed%20labor.pdf?m=1360042752 (en
línea) (consultado: 19/11/2015)
[1] Blackburn Wittman A, Wall L. The Evolutionary Origins of Obstructed Labor: Bipedalism, Encephalization, and the Human Obstetric Dilemma. Obstetrical and Gynecological Survey. 2007;62(11):739-748.
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