viernes, 27 de noviembre de 2015

Lesión de columna vertebral, intervención en el lugar del accidente

Los traumatismos raquimedulares son unos accidentes relativamente poco frecuentes y generalmente los encontramos en casos de politraumatismos o traumatismos múltiples. La zona que más frecuentemente se ve afectada es la zona que va desde la vertebra C6 a la D1. Las secuelas de estos accidentes suelen ser muy importantes, ya que hay afectación nerviosa.

El diagnostico en el lugar del accidente es dificultoso debido a la existencia de otros traumatismos, del riesgo vital del paciente y por la disminución del nivel de consciencia. Así, en casi un 30% de los afectados, su diagnóstico se retrasa más de 48 horas.

Las lesiones de medula espinal pueden ser:

Primarias, ya sea por roturas mecánicas, compresión, contusión, rotación o avulsión de los elementos neurales. Comúnmente ocurren juntamente con fracturas y/o dislocación de vertebras. También pueden producirse por lesiones penetrantes, ya sea por proyectiles de armas de fuego, apuñalamiento por arma blanca o por desplazamiento de otros huesos fracturados que causan lesiones primarias de la medula espinal. La causa más común de lesiones medulares son los accidentes de tráfico , seguido de las caídas, actos de violencia y lesiones deportivas.

Podemos distinguir diferentes movimientos que pueden conllevar una lesión medular.

Hiperextensión: movimiento posterior excesivo de la cabeza o el cuello, como por ejemplo el comúnmente conocido como “latigazo” en los accidentes de tráfico.






Hiperflexión: movimiento anterior excesivo de la cabeza sobre el tórax


Compresión: movimiento en que el peso de la cabeza se traslada hacia la pelvis o viceversa.

Imagen: Franquelo Morales P, Valero Serrano B, Syldor MH, González Martínez F. Plasmocitoma Óseo Solitario. Rev Clínica Med Fam. 2010 Oct;3(3):229–32.

Rotación: excesiva rotación del tronco, la cabeza o el cuello, hacia uno de los lados.
 Imagen: http://es.slideshare.net/nobaid/traumatismos-de-columna-vertebral

Flexión lateral: flexión excesiva hacia un lateral
Imagen: http://es.slideshare.net/nobaid/traumatismos-de-columna-vertebral

Estiramiento: elongación excesiva de la columna y medula espinal

Imagen: http://es.slideshare.net/nobaid/traumatismos-de-columna-vertebral

También existen lesiones secundarias, cuando no hay afectación directa de la columna vertebral. Estas se producen por causas vasculares por ruptura de las arterias, trombosis o hipoperfusión, debido a un estado de shock , que pueden producir lesión medular sin dañar la columna vertebral.

Las lesiones de columna vertebral pueden presentarse de diferentes formas. El síntoma principal es el dolor, aunque puede no estar presente, no percibirse o puede estar enmascarado por otra lesión más dolorosa. Como ya apuntábamos anteriormente, las lesiones de columna en la mayoría de los casos se producen en politraumatismos y este dolor puede ser causa de enmascaramiento. Otra característica es el espasmo muscular, y si hay raíz nerviosa afectada se puede percibir como dolor localizado o una perdida de sensibilidad.

Intervención en el lugar de accidente:

En estos accidentes el personal de emergencia tiene como finalidad establecer el diagnostico e iniciar el tratamiento y así de éste modo evitar una lesión neurológica mayor debida a los movimientos de las vértebras lesionadas o por lesiones secundarias.

En el momento de llegar al accidente y encontrar al paciente con posible lesión medular, los objetivos iniciales deben ser:

- Estabilizar al paciente, con especial atención a la vía aérea, la ventilación y la circulación.
- No aumentar el daño existente, actuando como si existiese lesión medular hasta descartarla completamente.
- Prevenir la lesión medular secundaria.
- Establecer un diagnóstico precoz

Estabilización del paciente con lesión medular:

Ante cualquier sospecha de lesión raquimedular, la actuación se realizará como si esta lesión existiese y se mantendrá la columna completamente alineada, utilizando tablero espinal y collarín cervical.

Es importante prestar atención a la vía aérea  ya que determinadas lesiones medulares se asocian a problemas respiratorios. Si la zona afectada corresponde a C1 y C2 puede existir parada respiratoria por parálisis completa de la musculatura respiratoria y por lo tanto se requiere ventilación mecánica inmediata. Si requiere intubación se prestará especial cuidado a la columna, manteniéndola siempre alineada.

Cuando la lesión medular se produce a nivel de C3 a C5 puede aparecer parálisis diafragmática. Esto no impide totalmente la respiración, ya que el paciente todavía puede utilizar la musculatura accesoria pero se fatiga rápidamente. Esto implica también la utilización de ventilación mecánica.

Si la lesión es por debajo de la C5 todavía puede aparecer una parálisis de la musculatura intercostal y abdominal, produciendo una cierta insuficiencia respiratoria que deberá ser evaluada si requiere ventilación mecánica. Si la lesión es por debajo de la D5 muy raramente da problemas en la respiración.

Cuando la lesión es por encima de la D5 se puede dar shock medular, que produce hipotensión, piel caliente y generalmente bradicardia. La intervención se orientará a aumentar la presión sanguínea y en casos particulares la bradicardia.

En el momento de movilizar al paciente se tendrá en cuenta el movimiento y mecanismo de la lesión. Se alineará la cabeza y el cuello en posición neutral, estabilizando el cuello con un collarín cervical e inmovilizando la cabeza antes de transferir al accidentado a una tabla espinal.


Una vez en el hospital se proseguirá en el diagnóstico, utilizando técnicas de imagen.

El diagnostico radiológico se realiza con el paciente inmovilizado. Mediante diferentes radiografías se descartará o confirmará el diagnóstico. Las imágenes de rayos X tomadas corresponden a:
- Craneo, para descartar lesiones asociadas, occipitales preferentemente.
- Columna vertebral a la altura cervical. Orientaciones frontal, lateral y oblicua. Las imágenes se realizan con la boca abierta para observar la apófisis odontoides.
- Columna vertebral a la altura dorsal, lumbar y sacra en orientación frontal y lateral.

El escáner TAC (tomografía axial computarizada) permite la reconstrucción de las imágenes en 3 dimensiones, y es especialmente útil en casos donde existen fragmentos óseos, fracturas de carillas articulares y pedículos.


Si se sospecha de una lesión de raíces y médula, y tanto la tomografía ni las radiografías muestran lesión, la resonancia magnética puede evidenciar lesiones ligamentarias.

Bibliografia


Sabharwal S. Essentials of Spinal Cord Medicine [Internet]. Springer Publishing Company; 2013. Available from: https://books.google.es/books?id=uaJdAgAAQBAJ

Protocolo de actuación en Urgencias al paciente traumatizado grave [Internet]. Osakidetza, 2012 [cited 24 November 2015]. Available from: http://www.urgenciasdonostia.org/Portals/0/Medicos/Protocolos/Medicos/IT-141%20Protocolo%20de%20actuacion%20en%20Urgencias%20en%20el%20trauma%20grave%20v0.pdf 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Los seres humanos somos omnívoros. O quizás no.

Los humanos nos clasificamos como “omnívoros.”, ya que comemos una gran variedad de alimentos de origen vegetal y animal. Pero, desde el punto de vista anatómico y fisiológico, ¿también somos omnívoros? ¿Pertenecemos a la misma categoría de hábitos alimentares que los cerdos y los osos? Según las teorías de la “Dieta Paleolítica” que está de moda en los últimos años, nuestros antepasados cazarían grandes mamíferos comiendo diariamente sus carnes, y esto causaría adaptaciones anatómicas que nos permitieron pasar de herbívoros/frugívoros a omnívoros. O sea, seríamos omnívoros por la natural evolución de la especie.
En este post se exponen cuestiones que matizan esta creencia.

Vamos entonces a examinar las estructuras del ser humano, sea en la óptica de la anatomia comparada entre animales carnívoros, herbívoros y omnívoros; sea en la óptica arqueológica, ya que los restos fósiles revelan las características indicativas del tipo de dieta.

Carnívoros

- Abertura amplia de la boca con relación al tamaño de su cabeza.
- Musculatura facial reducida
- Articulación de la mandíbula (en bisagra en el mismo plano de la dentadura) muy fuerte
- Músculos temporales muy desarrollados,
- Masetero y pterigoides poco importantes.
- Mandíbula inferior sin movimiento de protrusión; lateralización muy limitada.
- Muelas que actúan como cuchillas que cortan la carne y la separan del hueso.
Dientes espaciados para no retener restos de alimentos.
- Incisivos cortos y puntiagudos
- Caninos muy alargados y en forma de puñal, sirven para desgarrar y matar a la presa.
- Molares aplanados y triangulares con bordes dentados que funcionan como las láminas afiladas de una sierra.
- Saliva priva de enzimas digestivas.

Herbívoros

- Musculatura facial desarrollada que con los labios y la lengua, ayuda en la masticación del alimento vegetal.
- Articulación de las mandíbulas no está en el mismo plano que el de los dientes, sino por encima de ellos.
- Articulación mucho móvil, permite movimientos complejos necesarios para masticar los alimentos vegetales.
- Masetero y pterigoideo como músculos principales de la masticación (permiten lateralizar la mandíbula inferior y moler el alimento).
- Músculos temporales pequeños.
- Dentadura variada pero con características estructurales comunes: incisivos amplios, aplanados y semejantes a palas. Muelas solo pueden deslizar horizontalmente para machacar y moler el alimento.
- Saliva con ptialina (la digestión empieza en la boca). 

Omnívoros anatómicos clásicos (oso pardo)

- Características anatómicas mixtas: consistentes con una dieta carnívora aunque 70-80% de su dieta se compone de alimentos vegetales.
- Articulación de la mandíbula en el mismo plano que los dientes molares.
- Músculo temporal muy fuerte.
- Pterigoideos y maseteros poco desarrollados.
- Dentición parecida a los carnívoros.
 
Humanos
 
- Labios musculares y boca pequeña. 
- “Músculos de la expresión" usados ​​en la masticación. 
- Lengua muscular y ágil. 
- Articulación mandibular situada muy por encima del plano de los dientes. 
- Músculo temporal poco potente.
- Maseteros pterigoideos ampliados. 


Figura 1: Músculos pterigoides lateral y medial, y masséter.
Fuente:http://info.visiblebody.com/bid/339829/Learn-Muscle-Anatomy-Muscles-of-Mastication
 
-Mandíbula con movimientos de protrusión y lateralización que sirven para machacar y moler (Fig. 2)


 
Figura 2: Protrusión y retracción de la mandíbula.
Fuente: http://info.visiblebody.com/bid/339829/Learn-Muscle-Anatomy-Muscles-of-Mastication

-Dientes similares a los de los herbívoros: bastante grandes, con incisivos planos y en 
forma de pala, útil para pelar y morder materiales relativamente blandos 
-Caninos muy pequeños en comparación con los caninos de los carnívoros.
-Premolares y molares cuadrados, aplanados, se utilizan para la trituración (Fig. 3) 



Figura 3:: Dentadura de humanos, herbívoros, omnívoros y carnívoros. Fuente: http://crueltyfreestudents.tumblr.com/post/84160056644/our-teeth-prove-we-are-carnivores. (Consultado: 23/11/2015)

-Saliva con enzimas digestivas (amilasa) para pré-digestión de hidratos de carbono por masticación.

Veamos ahora la opinión de la arqueóloga científica Christina Warinner sobre la 
cuestión de nuestra alimentación primitiva, en este interesante TED talk:
 



Conclusiones

La cavidad oral humana no muestra las características estructurales mixtas que existen en omnívoros anatómicos como los osos[1]. Nuestra dentadura y maxilares parecen mucho más destinados al consumo de alimentos vegetales que animales[2]
Este dato es consistente con las características anatómicas del resto del aparato 
digestivo. Somos omnívoros oportunistas, en el sentido que esto nos ha permitido 
sobrevivir y prosperar como especie en una gran variedad de ambientes naturales. 
Pero nuestra dentadura generalista y todos los otros indícios anatomo-fisiológicos y 
también arqueológicos, no indican de forma alguna que seamos biologicamente 
destinados a ser omnívoros[3]. Lo cual plantea interesantes cuestiones para el 
hombre occidental moderno.
 
 
 




8en línea) (consultado: 22/11/2015)

[2] Baroni L, Decidi di stare bene. La salute è una scelta non un destino, Sonda, 2004.


[3] Warinner C. From the ground up: Advances in stable isotope-based paleodietary inference. Marston JM, d’Alpoim Guedes J, in Warinner C, eds. Method and Theory in Paleoethnobotany. University Press of Colorado, Boulder, 2014.